¡Arrancó el año!

Muchachones... se terminó la joda. Ó comenzó. Tómenlo como quieran. Lo cierto es que inició la temporada para Minibásquet, Inferiores y Primera y con ello la responsabilidad de los entrenamientos, los viajes y por supuesto, el compromiso con los compañeros y con nuestro querido Club Victoria.

Las primeras fechas de las competencias nos trajeron gratas novedades. Un claro ejemplo, aunque no el único, es el de las Inferiores, quienes al cabo de tres jornadas, nueve partidos y un total de 18 puntos, sólo un juego se les ha escapado ubicándolos segundos en la tabla general.

El otro caso, y aunque menos esperado no deja de ser sorpresivo, es el de la Primera. Dos ascensos y campeonatos consecutivos, hoy la máxima categoría de la Liga de Tres de Febrero lo encuentra con dos partidos ganados con comodidad, uno de ellos ante un rival de peso, y un equipo que no sólo se reforzó para la ocasión sino que cada día juega mejor. Un lujo contar con un plantel tan rico para pelear nuevamente, y como acostumbra nuestro básquet, bien arriba juegue la competencia que juegue.

Será un placer disfrutar nuevamente un 2008 pleno de básquet, con nuestro gimnasio plagado con los simpatizantes de siempre y claro está, aquellos que cada fin de semana irán adquieriendo la pasión por nuestro Club y la mística que rodea a Victoria.

Dondequiera que estemos y vayamos donde vayamos, hasta el último suspiro de nuestras vidas, el Club Victoria, nuestra gran pasión!

El sabor de la Victoria

Una cena entre los miembros del equipo, la comisión técnica y sus allegados es muy común en el ámbito del Club Victoria. Sin embargo, cuando se trata de una en conmemoración a algo, en este caso el bicampeonato de la Primera División, todo tiene un gusto diferente, la cosas saben mejor.
Fue así que sin pérdida de tiempo alguna la misma semana fue organizado el asadito del campeón en el buffet del Club, donde se hicieron presentes junto a los jugadores, novias y familiares que apoyaron durante todo el año y quienes de algún modo son particípes también de este logro.
Atrás quedó un temporada muy buena cuya travesía será recordada por mucho tiempo. Se queda con una gran cantidad de momentos buenos, muchos más que los malos, y con la experiencia de haber dejado atrás otra categoría para el año entrante explorar la A. Fueron dos años buscando eso y estamos a meses de cumplirlo.
Hagan lugar en el calendario que faltarán fechas para festejar. Abran espacio en la mesa que hay lugar para todos. Coman bastante que hay mucho para tomar. Picada, pancito, Fernet, chori y vacío... y a seguir disfrutando del exquisito sabor de la Victoria.

El otro torneo

En simultáneo con los festejos y la alegría del título, Victoria no descuida el otro torneo que organiza la Liga de Tres de Febrero para cerrar el año con los clubes que se incribieron de las tres divisiones.

Hasta la fecha, nuestra Primera ha disputado cuatro partidos, dos de local y dos de visita, de los cuales mantiene una paridad: 2-2.

Martin Coronado (equipo de la C) fue el primer rival con el Victoria consiguió puntos. Luego fue Unión del viso (de la B y a quienes hemos enfrentado esta temporada) el rival que pudo con nuestro juego.

Un rival de la A, Yupanqui, propinó la segunda caída consecutiva a nuestro equipo, el cual se recuperó rápidamente al vencer como visitante a Juventud Unida de Caseros (de la C) esta semana.

Los próximos juegos se disputarán domingo y algún día a la semana. El 18, frente a Independiente de Merlo (A), el 25, como local, recibe a Cedem (C) , luego sigue Sportivo Escobar (A) el 1º de diciembre y cierra esta fase frente a Stella de Italia (c) y Crovara (A) una semana después.

¡¡¡VI-CAMPEÓN!!!

¡Éxtasis! Por segundo año consecutivo en la misma cantidad de temporadas en la Liga de Tres de Febrero el Club Victoria volvió a coronarse campeón de Primera División y nuevamente deja su división, en este caso la B, siendo el mejor equipo sin discusión alguna. Un mismo rival y una final que se diferenció de la anterior por su emotividad e incertidumbre hasta la chicharra de cierre. Un tercer partido vibrante que se definió por el oficio que supo emplear Victoria en el último parcial, imponiendo carácter, convicción y ganas por sobre la autoestima elevada de un Independiente de Escobar que se creyó con todo cuando nunca tuvo nada.

La algarabía inundó otra vez los corazones de las decenas de personas que en La Fortaleza pudieron ver la coronozación de un equipo que no sabe de derrotas, que se mantuvo al tope de la tabla de principio a fin y que supo sobreponerse a sus tres únicos tropiezos en todo el año, dejando en claro y eliminando duda alguna de que fue el mejor se su división... lejos.

El partido

Tras un fin de segundo juego cargado de tensión luego de que un doble casi venciendo la chicharra devolviera a la vida a Independiente de Escobar en un suplementario que les daría la igualdad en la serie final, quedaba sembrada la duda de cómo reaccionaría cada conjunto tras esa inyección anímica. Por un lado la de la visita que quería revancha e iba a buscarla y por el otro, el local, que con la sed que da saber lo que es festejar no quería quedarse con las ganas.

En primera instancia, fue Independiente quien tomó las riendas del juego. Podría decirse que fue un calco, una prolongación en el tiempo de los últimos cinco minutos en Escobar: dominio, serenidad y certeza en los tableros por parte de la visita.

Así se mantuvo la tendencia durante el segundo cuarto, al ritmo en que los espectadores locales quedaban impávidos al ver el dominio sobre el terreno de los del frente.

El segundo tiempo dejó lo mejor de la serie. Este tercer período representó el cielo y el infierno de un deporte absolutamente impredecible, lo cual lo convierte en maravilloso desde el momento mismo de su concepción.

La visita comenzó a manejar los hilos del juego y del marcador con mayor fluidez en simultáneo con el crecimiento de una confianza que, en ciertos aspectos tiene un contrasentido, pues como puede generar ímpetu para sí y seguridad ante el rival -lo cual promueve el respeto-, puede lograr asimismo, apaciguamiento por saberse superiores -al menos durante ese trámite- y la posterior reacción de quien esté en frente al notar -si es inteligente- la pasividad de su rival.

Esto último fue lo que Victoria no desaprovechó en el instante en que notó que Independiente, al alcanzar el tope máximo del partido de 13 puntos de diferencia, creyó tener el partido en el bolsillo.

Por eso, el exceso de confianza o creer durante el trámite mismo de un juego que todo está terminado antes de tiempo es un fatal error. Es posible que sea una cualidad propia del ser humano que aprende este tipo de cosas al experimentarlas. Allí es que resalta el oficio de Victoria, un oficio que da años y años de experiencia y de partidos encima. De allí que los nuestros nunca bajaron los brazos y dieron el partido por perdido. Por el contrario y luego de preservar por acumulación de faltas a algunos jugadores, puso toda la carne al asador.

Es importante destacar que hasta este momento -13 puntos abajo en el marcador ingresando a los últimos 10 minutos- nunca el partido estuvo falto de emoción, por eso todo lo que llegó después fue un valor agregado.

Concentración contra desepero. Ganas frente a temores. Inteligencia ante nerviosismo. Enfrentamientos que subyacieron a los cinco de un lado y cinco del otro de un partido de básquet normal, en simultáneo con las pentraciones, los triples, los simples y el movimiento de balón que propuso Victoria en ese último cuarto pleno de lucidez.

El tiempo pasaba y el título estaba ahí nomás. Luego de una remontada que enorgullecería al menos conocedor de este deporte quien se daría cuenta de la voluntad puesta en ese lapso con sólo verlos correr, defender, gritar, alentarse, faltaba aún sufrir un poquito más.

El destino -cómplice algunas veces aunque casi siempre impredecible-, le dio la posibilidad a la visita, con dos lanzamientos libres a falta de un par de segundos en el reloj y una cacheteada posterior ante el yerro también del segundo libre tirado, de emparejar un partido y una serie que ya debía haberse cerrado antes. Pero en este caso, el destino a veces también es injusto, aunque claro, ésta fue una excelente excepción.

Fue así como el histórico estruendo del chillido de la bocina del Club fue más bienvenido que nunca y las lágrimas, las sonrisas, los abrazos y las gargantas dieron rienda suelta a ese grito y a la consecuente sensación que sólo siente aquel que clama alguna vez esa hermosa palabra: ¡¡¡VICTORIA CAMPEÓN!!!

Felicitaciones y muchas gracias... Sólo eso -que resume todo- para un equipo que siempre creyó en sí mismo, que estuvo bien acompañado a todo momento y que nunca dejó de pensar que había un peldaño por subir en esta escalera a la gloria, la misma que por segundo año consecutivo no deja descansar triunfantes sobre ella pero que ojalá, el próximo año, no nos abandone en el camino hasta alcanzarla. La próxima metA.

El grito atragantado

Con un impulso ganador y con la posibilidad en las manos, no sólo de sellar el partido sino toda una temporada, se encontró Victoria el domingo anterior, a siete segundos del cierre del segundo juego final. Cosas del destino, del básquet, o de vaya a saber uno de qué o quién, impidieron que a falta de esa escasa cantidad de tiempo nuestra Primera pudiera sellar la serie de manera exitosa.

Todo pasó a manos del azar del suplementario donde los partidos se ganan más por un ingrediente anímico que por resto físico. Los que padecimos -y prescindimos- de esto último fuimos nosotros y con ello la postergación por dos semanas de un grito que Victoria tiene atragantado y que seguramente va a poder gritar en casa.

Fueron 45 minutos memorables en los que nadie regaló nada. Reeditando el segundo juego de la final anterior, definitivamente el más vibrante de las 3 por la paridad del partido, todo comenzó bien para Victoria que rápidamente sacó diferencias y la fue manteniendo.

Los locales, con la obligación de ganar para mantener esperanzas, calmaron sus ansias al verlas contraproducentes y frenaron la calma de los nuestros.

Para el segundo tiempo, el estado resbaladizo del terreno comenzó a marcar una tendencia de la cual el conjunto de Escobar se valió durante toda la temporada. El ritmo de juego y la inestabilidad no quisieron compatibilizarse, mucho menos con los nuestros, lo que llevó a Victoria a perder paulatinamente la ventaja de más de diez puntos que supo alcanzar. De a poco esta se fue consumiendo y al final, la historia conocida: el suplementario y a definirlo en casa.

El próximo 4 de noviembre es la cita en La Fortaleza para asistir a un partido que será vibrante por donde se lo mire, teniendo en cuenta principalmente que la visita no tendrá nada que perder y quiere tomarse revancha mientras que Victoria tiene todo para ganar y revalidar ante su público el título de campeón que tan merecido se tiene.

El otro torneo
Mientras la temporada principal de la Liga de Tres de Febrero está próxima a culminar con los juegos definitorios de cada llave, y ante los días que quedan aún para terminar la temporada, es que la organización principal ha decidido lanzar por segundo año consecutivo la Copa Intendente Curto, en la cual pueden participar todos los equipos de Primera División que quisieron inscribirse.
Victoria, a diferencia del año pasado, decidió intervenir con el fin de darles minutos a aquellos jugadores que no los tuvieron tanto a lo largo de la temporada y al mismo tiempo hacer debutar a los más jóvenes quienes se destacaran en categorías inferiores.
La presentación inicial será el próximo sábado, de local y desde las 21.30 hs., frente a 12 de Octubre, conjunto que los nuestros han enfrentando anteriormente.
En esta edición del Intendente Curto participarán 10 equipos, de distintos niveles, separados en dos grupos de 5. Los dos conjuntos que al cabo de las cuatro fechas resulten al tope de la clasificación se enfrentarán entre sí para dirimir al campeón.
Los nuestros tomarán este torneo para no perder competencia hasta que finalice el año y más aún esta primera fecha con el fin de llegar afilado al gran partido final del próximo 4 de noviembre.

Camino a la gloria

La situación no amerita mucha explicación, menos análisis. Saber que todo puede decirse la próxima semana cuando -de marchar tal y como lo planeado- Victoria pueda gritar nuevamente una palabra que hace poquito mencionó obliga a abstenerse por unos días nada más.
Estar tan cerca del objetivo llena de orgullo tanto a los protagonistas directos -jugadores y técnico-, a los indirectos -familias, novias y amigos/as que van siempre- y a quienes están lejos pero participan activamente en todos los sucesos que se presenten.

Gracias al triunfo obtenido por 15 puntos frente a Independiente de Escobar en la primera final disputada en La Fortaleza sólo resta un punto más, un sólo resultado positivo adicional, no importa que sea de visitante, para festejar y festejar a rabiar, como este equipo se lo merece.

El próximo domingo entonces, desde las 20 hs., Victoria tiene la posibilidad cierta, una más, de acceder a la gloria por segunda vez consecutiva en dos años de competencia. Un lugar, al que muchos quisieran llegar pero no todos pueden...

HAciA AllÁ vA VictoriA

No hay forma de describir lo que uno siente en el instante final de un partido que sabés, algo te va a dejar. Dolor, llanto, ira, en caso de resultados negativos. Furor, alegría, exitación, cuando el logro es de los buenos.

Éstas últimas expresiones, más miles y miles multiplicadas no sólo entre los jugadores sino por todos los que acompañaron al equipo durante este año invadieron cuerpo y alma al decretarse el triunfo ante Siglo XX en el segundo juego de semifinales y Victoria, por segundo año consecutivo, consigue uno de los dos objetivos proclamados en la temporada. ¡¡¡El ascenso a la "A" ya es una realidad!!!

Un nuevo logro a escribir en las páginas gloriosas de nuestra institución. Otra historia para contarle a nuestros hijos y nietos acerca de esa Fortaleza que nos enseñó un camino en la vida, que marcó desde muy chicos una forma de pensar, de compartir, de entregar todo por lo que queremos, de creer algo e ir en busca de ello, de saber perder siempre -y otras no tanto-, de que uno debe darse por completo por sí mismo, claro, pero más por el amigo, por el que tiene la misma camiseta que vos y se tira al piso, te grita o apoya en medio de un partido, de la calle, de la vida...

Un nuevo lauro que el Club lucirá con dignidad pues conlleva el logro de toda una generación de amigos que vienen luchando duro y parejo por lo que creyeron un día y hoy, ya es un hecho.

Aunque no es para conformarse, ni mucho menos. Este camino plagado de malas pero que ultimamente nos ha entregado muchas de las buenas, de las inolvidables, el domingo nos enfrenta con un nuevo reto, con uno que, gracia y merecimientos mediante, conocemos muy bien. La final está acá nomás y contra un rival conocido. No sé si por cábala o qué, pero me encanta que sea ese. Porque la mística juega un papel importante en esto. Porque si el Negro juega tiene que hacerlo con su 11 y si bien Dany no está, la 5 lo va a poner ahí de nuevo.

Muchachos, la oportunidad de ser felices muy pocas veces se nos pone delante para que la vayamos a buscar. Es muy raro que se quede quieta para favorecer a su captor, pues regularmente, ésta es esquiva y hasta dificil de alcanzar.

Porque los conozco y sé lo que son y lo que valen, en esta nueva chance que se nos presenta (sí, se nos presenta, porque yo estoy ahí) me sobran los motivos para afirmar que no sólo van a ir tras de ella sino que también se la van a encarar. Porque en definitiva, esto es Victoria y eso es lo único que importa...