De Punta a Punta

El mérito es de todos. Desde aquellos irracionales que propusieron la idea allá por principio de año hasta los escépticos que nunca contemplaron la posibilidad de que Victoria tuviera nuevamente una Primera División.

Desde el tiempo que dedicó cada uno de nosotros en estar, analizar, compartir y discutir ideas hasta aquellos que solo perdieron el tiempo, incluso dentro de la cancha.

Desde el más desinteresado aliento para que lo que hoy estamos por vivir sea una realidad hasta el aporte económico, ese que cuesta conseguir y sin embargo se dio para hacer real lo dificil. Ese que salió de aquellos que sin siquiera ver un partido o conocer los integrantes del plantel, o tal vez solo fueron a disfrutar por gusto una de esas noches de básquet de domingo olvidadas en el Club.

Las causas, razones y personas -cada quien sabe qué rol cumplió en esto- son innumerables. Y por eso el logro de haber sido punteros de principio a fin, en una competencia que nos abrió la puerta por primera vez y que demostró una excelencia ejemplo al lado de otras, se magnifica sobremanera. Muchos dirán que nos es nuestro lugar, que el nivel era bajo y que los rivales no representaron nada para este plantel que comenzó siendo de algunos amigos y otros pocos que querían jugar, pero que termina el año unido, tirando todos para el mismo lado, siendo infiel a la diferencia de edad y sacando desde lo más profundo de nuestros corazones el orgullo que uno siente al vestir la camiseta de Victoria.

Sabemos que para estas finales que comienzan la próxima semana nuestra casa estará llena. El término lleno en este caso no remite solamente a la capacidad del estadio y ni siquiera a la cantidad de asientos. Nuestras instalaciones respirarán nuevamente aquellos tiempos de gloria que enriquecieron décadas atrás la historia de la institución, gracias a quienes obtuvieron cosas importantes similares a las que este presente marca. Esto es de lo que se llenará la gente. De satisfacción, de recuerdos, de alegría por saber que Victoria aparecerá una vez más en lo más alto de una competición.

Pero por más que digan lo que digan -y pase lo que pase, lo cual probablemente será exitoso- estos meses de competencia, de entrenamiento, de asados, de discusiones, de pérdidas en viajes eternos y canchas desconocidas, a esta altura y por lo vivido hasta aquí, ha sido uno de los más ricos de punta a punta.