Con sabor a poco
Ya para el lunes y con el descanso de básquet del domingo (aunque hubo Primera) la idea era sumar y jugar bien, frente a un Harrods que venía con buenos laureles acumulados en lo que va del torneo. Se jugó relativamente bien, se sumó poco y se sufrió mucho, no precisamente por el desempeño de los visitantes si no por el de la pareja de árbitros, quienes realmente dejaron la personalidad en el vestuario.
La cosa comenzó de lo mejor con la gran victoria de los Cadetes quienes derrocharon ganas y se llevaron por delante al visitante. Mismas ganas que pusieron los Juveniles en situaciones espóradicas, ya que ante un muy buen contrario que manejó el trámite y estuvo al frente en el marcador gran del parte del partido, los nuestros no supieron aprovechar dichos pasajes en los que apabullron con fuerza e inteligencia al de enfrente para ubicarse cerquita en el tablero y lograr pasarlo. Precisamente inteligencia, la cual sumado a un pequeño plus de ganas sería suficiente para no darse por vencidos cuando aún quedan minutos por correr, situación más que explícita del porqué se perdió este partido.
En el caso de los Sub 22 todo pasó por una cuestión de actitud previa, de subestimación del rival, inusual en un equipo acostumbrado a ganar. Se dejaron llevar por lo que los comentarios decían de un Harrods que tenía en su haber haberle quitado el invicto a Unión Florida por citar un ejemplo, pero del cual solo vimos un quinteto de caras pálidas (y no por el maquillaje) cuando una camiseta de Victoria los presionaba un poquito. Aquí también sentimos la sensación de que por haber pensado anticipadamente el resultado el hecho destacado no serían los jueces sino el gran triunfo de los nuestros.
De todas formas, nos resulta necesario hacer mención de lo sucedido ya que en El Básquet de Victoria no solemos hablar de los árbitros. Pero en este caso es diferente porque hablando desde la objetividad, quedó demostrado que tuvieron en consideración solo un equipo. Para despejar dudas y/o sospechas hacia los árbitros (y sepan que uno lo dice desde esa posición también) es necesario dejar el pasado, el cariño o la amistad ante una institución o personas del mismo fuera de la cancha y funcionar con profesionalismo, obviando el prejuicio de muchos jueces de desfavorecer al más chico, para no decir claramente que favorecen a los que tienen más injerencia... o plata, como prefiera.
La Primera, en primera
Como el jamón del sándwich de básquet que representó este fin de semana largo con tres fechas de local como hacía tiempo no sucedía en Victoria, la Primera disputó la decimooctava frente a la Sociedad Alemana de Villa Ballester, penúltimo en la clasificación pero escollo a sortear al fin para los nuestros.
Con pocos lujos, sin despeinarse en el intento -entraron todos los anotados en planilla- abusando de ocio para marcar, se dieron dos situaciones particulares en el 107 a 86 final: por primera vez Victoria superó los cien puntos en un partido mientras que el visitante nunca había anotado tanto en lo que va del torneo. Y si fue justo contra nosotros invita a un llamado de atención importante en la parte defensiva. Se vienen los partidos dificiles, ya la temporada regular viene llegando a su fin y un equipo prolijo en ataque puede llegar a complicar.
En definitiva, la racha se sigue prolongando, todos los jugadores están viendo muchos minutos en cancha -falta que se recuperen los dos pivotes lesionados- y el ambiente entre intengrantes de un consolidado equipo es el mejor. De esta armonía dependen los buenos resultados que seguramente vendrán, aunque desde el "único llamado de atención" -el cual ya quedará saldado pronto- sin creerse los mejores. Aunque la tabla y los resultados así lo reflejen...