Una lástima
Una lástima. Porque se sabe que los logros se obtienen a base de esfuerzo grupal, de aciertos personales, o bien -lo ideal en deportes en conjunto- de una conjunción de ambas. Y sucedió que a raíz de la expulsión de Brian Castro hace dos semanas, los Cadetes debieron afrontar inconcientemente un reto con el cual no pensaban encontrarse: cómo responder ante la ausencia de su goleador. Se especulaba con que no era el mejor momento para prescindir del juego de Brian, justo cuando se podía pelear por un posible ascenso. Sin embargo, su actitud y su posterior suspensión traería consigo dos cosas más que positivas.
Por un lado, el convencimiento del resto de sus compañeros de que sin su aporte -importante, pero no imprescindible- se pueden conseguir de igual manera cosas importantes tales como los triunfos obtenidos en su ausencia, el último de ellos frente a Obras "B" por 70 a 57, con una actuación sobresaliente de Alexis D'Angelis quien anotó 21 puntos y manejó a la perfección la ofensiva de su equipo.
Por otro lado, y en definitiva lo que más enseñanza dejará en el seno del equipo, es que Brian de esta manera podrá darse cuenta de que al cometer este tipo de actos, puede dejar expuestos a sus compañeros en medio de un partido. Y de esta manera poder asimilar que tener cierta responsabilidad implica saber utilizarla, esto lo hará replantearse cómo tratar a un árbitro cuando vuelva a tenerlos de frente.
Una lástima. También para los Juveniles, quienes ayer hicieron uno de los mejores partidos en lo que va del año. Consiguieron agónicamente el triunfo con una corrida inolvidable de Sebastián Taborda, definida en bandeja a falta de dos segundos y sobre la marca de los dos jugadores más altos de la cancha. Pebete convirtió 4 puntos (vaya si fueron importantes) y asistió mucho a los dos goleadores del partido, estamos hablando de Juan Godoy con 26 y Ezequiel Ruíz Díaz con 16.
Un equipo que tuvo muchos altibajos durante esta primera fase y que alternó de forma desproporcionada, incluso dentro de un mismo partido, pasajes de muy buen básquet con momentos de desgano y falta de actitud. Supo ganar encuentros muy dificiles y a su vez se rindió ante rivales impensados, con la tendencia de ser un equipo corto y contar con poco recambio, cosa que sufrió principalmente desde el aspecto fisico. La incógnita estará en esperar cuál será la cara que nos muestre este conjunto de cara a la próxima etapa.
Una lástima. Porque bien podríamos estar haciendo un balance ya pensando en el próximo nivel, uno más arriba, que hubiese dado un valor agregado a todo el esfuerzo puesto en estos cuatro meses de básquet de competencia. No por eso podemos pensar -sería un gran error- que la permanencia es mala y en consecuencia considerarla poco premio.
Se quedó a las puertas del ascenso, está claro, pero eso nos ubica por delante de otros clubes que ahora están pensando en subir, y a la par de aquellos que bajaron e intentarán retomar su lugar allá arriba. Acá nos sentimos cómodos, pero estamos seguros que dentro de cuatro meses más, y a la espera de los playoffs, vamos a estar festejando este mal postergado ascenso. Una lástima que no fue ahora, pero ojo, lástima no hay que tenerle a nadie.